Meresanj, la madre de Esnofru, fundador de la IV dinastía, no era de sangre real, probablemente fue: o una reina menor o una concubina de Huni, último emperador de la III dinastía. En este caso su hijo se habría casado, con el fin de confirmar su legitimidad al trono, con una de sus medio hermanas, Heteferes I, hija de Huni y madre de Keops.
El matrimonio de Snofru con la hija de Huni, Heteferes, supuso para Manetón una ruptura lo suficientemente importante como para ser considerada como el principio de una nueva dinastía, la IV -2613-2500- y así aparece tanto en el Canon de Turín como en la lista de Saqqara.
Meseta de Guiza. Situación donde fue encontrada la tumba de Heteferes
En 1925 una expedición norteamericana bajo la supervisión del egiptólogo George Andrew Reisner excava en la Meseta de Guiza, en la zona este de la Pirámide de Keops, un fotógrafo de su equipo, buscando buen ángulo para fotografiar las tres pequeñas pirámides de las reinas de Keops, clavó el trípode en un punto donde la tierra se hundió y encontró, ocultada con revoque, una escalera de doce peldaños, precedente a la entrada de un pozo de 30,2 metros de profundidad, estaba obstruido por un montón de piedras. Al final del pozo había una pequeña cámara que, a juzgar por la manera en que estaba tapada, había permanecido intacta desde el día en que se selló durante el Imperio Antiguo. Por lo general las tumbas encontradas en Guiza fueron profanadas por los ladrones de todas las épocas, pero esta, parecía intacta.
Contenía un gran sarcófago de alabastro, sellado, no extendido en el suelo sino en posición vertical. Alrededor de éste y desparramados por el piso de la cámara, se amontonaban multitud de piezas rotas de un ajuar funerario. La madera estaba muy deteriorada, pero las partes de oro y pasta vidriada se conservaban bastante bien y ello permitió deducir la forma original y reconstruir las piezas. Entre ellas se encontraban: varios muebles que incluían un baldaquín que lleva grabado el nombre de Esnofru, dos sillas recubiertas de oro, una cama con cabezal y una esplendida silla de mano. Había varias vasijas de oro, cobre y alabastro, así como otros objetos personales, un arcón chapado en oro guardaba un aguamanil y una jofaina junto con una navaja para depilación con mango de oro y hoja de cobre, 20 pulseras de plata con delicadas incrustaciones de libélulas, realizadas de lapislázuli, turquesa y cornalina y guardadas en un joyero chapado en oro con una inscripción que dice: “Madre del rey del Alto y del Bajo Egipto, fiel de Horus, guía del gobernante”. Los objetos identificaban a la propietaria de la tumba como Heteferes, esposa de Esnofru y madre de Keops. En un nicho excavado en la pared apareció un cofre cuadrado que cumplía las funciones de los vasos canopes.
Silla y cama con cabezal de Heteferes
Aguamanil y jofaina de oro
Brazaletes de plata con libélulas
Al abrirse el sarcófago se descubrió que estaba vacío, pero es evidente que la reina lo había ocupado dado que su cofre canópico habla sido utilizado. Este cofre tenía cuatro compartimentos que contenían las vísceras embalsamadas de la reina, y es la prueba más antigua que tenemos de la extracción de vísceras en el proceso de momificación.
Esta extraña situación podría explicarse con varias hipótesis:
La teoría de Reisner era que en un principio, la reina había sido enterrada cerca de la Pirámide del Norte de su marido Snofru en Dahshur, pero la tumba fue saqueada. Keops, aproximadamente en su quinto año de reinado, tras conocer el asalto a la tumba de Heteferes, pudo dar órdenes para trasladar el ajuar funerario, del sepulcro de su madre, a un lugar secreto y cercano a su pirámide, en Guiza.
Una segunda hipótesis plantea que las rocas cercanas a la cámara excavada, revelan el trazado de una pirámide que nunca llegó a edificarse. Keops pensaba situar ahí un monumento funerario a su madre, más tarde tuvo que cambiar de planes cuando decidió construir tres pirámides menores para sus esposas.
El tercer supuesto es que la reina fue originalmente enterrada en la pequeña pirámide del norte del complejo funerario de Keops, pero la tumba fue saqueada durante los disturbios de finales del Imperio antiguo. Los sacerdotes de Keops trasladaron el mobiliario y el sarcófago vacío a un lugar más seguro, el pozo donde fue hallada.
En cualquier caso, desconocemos lo ocurrido con la tumba y la momia de Heteferes. En la actualidad, con las expectativas creadas tras el descubrimiento de los canales de la Cámara de la Reina en la Pirámide de Keops, la imaginación o quizá nuestro deseo, reaviva la esperanza de que el gran faraón de la IV dinastía, guardara en su pirámide el cuerpo de la reina.
Pilar Pérez.
Bibliografía
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Wolfgang, M. El oro de los faraones, Madrid, 20
Pilar Pérez Gonzalez, Coordinadora de AE