EL
MARAVILLOSO
EGIPTO
EL MARAVILLOSO EGIPTO - CORREO
Creado por juancas correo del 19 de Febrero del 2009
El rey Dyedefrê
19 de Febrero del 2009
El sucesor del afamado rey Quéope (eg. Jufui o Jnum-jufui) fue el faraón llamado Dyedefrê (Rê le estabiliza), habiendo sido un probable hijo suyo y, difícilmente, un vástago bastardo o secundario, procedente de una inexistente rama líbica de la familia del primer soberano, como se supuso por largo tiempo [1]. Esta sucesión directa se vio confirmada cuando se halló su nombre inscripto en uno de los bloques que sellaba la barca solar [2] de Quéope junto a su pirámide en Guiza [3].
Es notorio que se desconozca alguna evidencia sobre la supuesta damnatio memoriae que sufriera por la hipotética usurpación que se le atribuyera entonces, y todo ahora hace creer que realmente fue un heredero legítimo del trono faraónico. Es más, ahora se piensa que gobernó mucho más que tan sólo los ocho años que le da el Papiro Real de Turín [4], pero el tema no está bien definido aún y deberá aguardarse a que concluyan los trabajos de la misión franco-suiza en el lugar antes de pronunciarse definitivamente sobre la cuestión de la duración efectiva o aproximada de su reinado.
Al respecto de ello, es obvio que su complejo piramidal no quedó completamente inconcluso, como se pensaba antes, aunque sí está muy deteriorado a causa de que fuera depredado extensamente [5]. El lugar seleccionado por el soberano para erigir su monumento funerario ha señalado un cambio de camposanto real de Guiza a Abu Roash a 8 km al norte de Guiza -, lo cual ha determinado que se creyera en un cambio de familia o de orientación en cuanto a la política de Estado por parte del mismo. Tal creencia cae por su base en cuanto recordamos que Dyuedefrê era hijo de Quéope y que su pirámide sigue los lineamientos generales de la de su padre, aunque a menor escala [6]. Por otro lado, se ha sugerido que la Gran Esfinge de Guiza es obra de Dyedefrê y que representa al rey Quéope como divinidad solar [7].
Si bien ha causa de la depredación mencionada antes se ignora si la superestructura de su pirámide (llamada en los monumentos contemporáneos sHdw Dd.f-ra, Dyedefrê es una estrella-sHdw) fue realmente terminada, lo que se ha empleado como prueba para la corta duración que se atribuía a su reinado, la infraestructura fue realizada en una profunda trinchera en la roca viva, creando un pasaje descendente y una cámara sepulcral, ambas ahora expuestas a cielo abierto. El recinto superior que rodeaba al monumento incluye una pirámide satélite [8], una fosa de barca y un templo mortuorio al este de la pirámide principal. De todo ello, sólo quedan algunos bloques de fundación, ya que hasta los bloques del pavimento han sido desmantelados, pero se han podido hallar trazas de un gran portal con un enorme patio frente a él.
El área noreste ha revelado construcciones en ladrillo, que seguramente fueron talleres temporarios, y que han arrojado evidencia de su empleo durante la época de duración del culto funerario debido al monarca a lo largo del Reino Antiguo, i.e., la Cuarta y Sexta dinastías, con una inexplicable ausencia durante la Quinta [9]. Que el templo mortuorio fue concluido lo demuestran los restos arquitectónicos, como las columnas de granito y la numerosa estatuaria hallada, que alcanza casi al millar [10]. Agreguemos que la calzada procesional de su complejo es la más larga (1,5 km) y más grande (12 mts de altura) que se conoce para todas las pirámides, incluída la Gran Pirámide de Quéope, pero, al igual que el supuesto templo del valle que le acompañaba, nunca ha sido excavada, por lo que ignoramos todo lo referente a su arquitectura y posible decoración [11].
De esta manera, el hecho, vuelto evidente por la misión franco-suiza, es que Dyedefrê sí concluyó por terminar su propio monumento y complejo funerario, además de embarcarse en una amplia actividad constructiva en Guiza mismo (e.g., las fosas de barcas de la pirámide de su padre; la posible confección de la Gran Esfinge, etc.), lo cual termina por demostrar que el suyo fue un gobierno que duró muchos más años que ocho y que contó con un absoluto respaldo de las clases dominantes, y aunque la escacez de documentos contemporáneos podría hablar a favor de un corto reinado, ya vemos que tal no parece ser el caso. Sin embargo, hemos de aguardar a la conclusión de las tareas de excavación de la misión franco-suiza para poder emitirnos más ajustadamente al respecto.
[1] Para una crítica acabada de las antiguas teorías, véase ahora V. Dobrev, A propos d'un statue fragmentaire du roi Menkaurê trouvée à Abou Rawash, en J. Van Dick (ed.), Études sur l'Ancien Empire et la nécropole de Saqqara dediées à Jean-Philippe Lauer (Montpellier, 1997), 155-66. Ha habido opiniones taxativas pero erróneas sobre su gobierno, su personalidad y su memoria, e.g., la opinión de E. Chassinat de que esta última fue abolida por razones de Estado (en À propos d'une tête en grès rouge du roi Didoufrî (IVe Dynastie) conservée au Musée du Louvre, en Monuments Piot 25, 1921-22, 69 y 75); o la de G. A. Reisner de que había matado a su hermano mayor Kawab y que su propia vida como usurpador del trono fue acortada por acción de los príncipes herederos de la línea legítima, ya fuera por asesinato o batalla (A History of the Giza Necropolis I (Cambridge, Mass., 1942), 28).