Creado por juancas correo del 25 de Octubre del 2007
La esfinge se hunde
25 de Octubre del 2007
La esfinge se hunde
EFE. EL CAIRO (EGIPTO)
25-10-2007 20:11:46
"La Esfinge se hunde" es la seria advertencia que tiene a los egiptólogos preocupados por la salud del milenario coloso, tras comprobar cómo las aguas subterráneas en sus alrededores están saliendo a la superficie.
Tan sólo a unos pasos de los pies de Abu el Hul, o Padre del Terror, como los egipcios llaman a la Esfinge, una capa de césped ha comenzado a crecer hace cuatro meses, lo que prueba la existencia de agua en la zona, explica a Efe el arqueólogo Bassam el Shammaa.
"Y hace una semana vi con mis propios ojos grandes charcos de agua estancada de una profundidad de entre treinta y cuarenta centímetros delante del Templo del Valle, a pocos metros de la Esfinge", aseguró Shammaa.
El experto ha lanzado una campaña de concienciación en internet bajo el nombre de "Salvemos la Esfinge" y en su página web (www.sossphinx.bassam.itgo.com) ha colgado fotos que confirman sus palabras.
El egiptólogo espera que los responsables de antigüedades "se muevan ya" para salvar la estatua, a la que, a su juicio, "le quedan sólo entre treinta y treinta y cinco años de vida si no se resuelve el problema".
Después de 4.600 años custodiando las Pirámides de Guiza, a este monstruo de piedra caliza, mitad hombre mitad león, le ha llegado el momento de que lo protejan a él.
Los dirigentes del poderoso Consejo Supremo de Antigüedades egipcio (CSA) han reconocido que existen "problemas cuyo origen todavía se desconoce" con las aguas en las cercanías de la Esfinge.
"Ya sea una fuga de las tuberías de agua potable, del desagüe, de los canales o de las aguas de irrigación, tenemos que descubrir el causante del problema para que no se repita", explicó a Efe el director del departamento de egiptología del CSA, Sabri Abdelaziz.
Para lograr ese objetivo, un comité de especialistas de la Universidad de El Cairo comenzó hace dos meses a estudiar el nuevo fenómeno que rodea a la Esfinge, y se espera que lleguen a alguna conclusión en noviembre.
"Pese a todo, la Esfinge está a salvo. No corre peligro, porque está a un nivel más alto que las aguas subterráneas. Los estudios necesitan su tiempo antes de que lancemos un proyecto para la protección del monumento", tranquiliza Abdelaziz.
Otros expertos independientes también preocupados por los templos faraónicos, como Ayman Ahmed de la Universidad de Sohag (sur de Egipto) y el hidrogeólogo Graham Fogg, de la Universidad de California en Davis (EEUU), examinan el movimiento de las aguas subterráneas bajo los monumentos.
Bien a través de esfuerzos individuales o bien a través de trabajos auspiciados por las autoridades, lo cierto es que la salud de la estatua, una de las más célebres y gigantescas del mundo, ha puesto en alerta a los egiptólogos de todo el mundo.
Con una longitud de 73 metros, una altura de 22,5 y un ancho que fluctúa a lo largo de su cuerpo entre los cinco y nueve metros, la Esfinge siempre gozó de veneración y culto durante la Antigüedad.
Cada oreja de la estatua mide casi 1,37 metros de alto, y su cabeza, similar a la del faraón Kefrén, lleva el tocado real faraónico y una barba postiza en el mentón, que, al igual que su mítica nariz, ha desaparecido.
Pese a su enorme tamaño, la Esfinge, esculpida en un solo bloque de roca, permaneció gran parte de su historia sepultada por la arena del desierto, y sólo entre 1816 y 1818 fue desenterrada.
Desde entonces la identidad de su constructor siempre ha sido un misterio, ya que la estatua no tiene ninguna inscripción que lo precise.
Sin embargo, su emplazamiento, cercano a la Pirámide de Kefrén, ha llevado a muchos historiadores a asociar su construcción a la figura de este faraón (2.520-2.494 a.C.).
La revuelta popular que se produjo en Constantinopla en el año 532 acabó con la destrucción, entre otros edificios, de la catedral de Santa Sofía. Justiniano no dudó en edificar una nueva catedral, eligiendo para ello a los arquitectos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto. Las obras duraron cinco años, once meses y diez días, siendo consagrado el templo el 26 de diciembre del año 537. Justiniano dijo en aquella ocasión: "Salomón, te he vencido" aludiendo a que con esta nueva iglesia había superado el famoso templo de Jerusalén edificado por el rey israelí.
El diseño no tenía antecedentes próximos ya que mezcla la planta basilical -formada por un rectángulo de 77 metros por 72- y la rotonda, combinación que da como resultado un edificio asentado sobre la cúpula, elemento central del edificio. La cúpula de 31 metros de diámetro contrarrestaba sus empujes laterales a través de dos bóvedas de cuarto de esfera, cuyos empujes son a su vez recibidos por otras cuatro menores de igual forma y dos bóvedas de cañón en las naves laterales. Los diversos empujes se contrarrestan al tiempo con gruesos estribos en los que se alojan las escaleras. El acceso se realiza por un atrio, un exonartex y un nartex.
En el alzado podemos contemplar las tres naves y los dos pisos de arquerías sobre columnas, aportando mayor ligereza a la construcción. Cuatro arcos sobre pilares soportan toda la estructura de la enorme cúpula, que se asienta sobre pechinas. Esta cúpula se eleva hasta los 65 metros de altura y está reforzada por 40 nervios, entre los cuales observamos ventanas que permiten una mayor luminosidad en el templo, al igual que las ventanas de los arcos y las paredes laterales.
Bóvedas y cúpula están cubiertas de mosaicos mientras que las paredes se revisten con zócalos de mármol, material que también se empleó para las columnas.
El teatro griego consta de tres partes esenciales: escena, orquestra y graderío. La escena se encuentra a nivel de tierra y en ella se emplean decoraciones giratorias en forma de prismas triangulares. La orquestra es la parte dedicada al coro; tiene planta circular y en el centro se alza la estatua dedicada a Dionisos, dios en cuyo honor se celebra la fiesta. El graderío tiene planta ultrasemicircular, rodeando en parte a la orquestra.
La principal novedad en el teatro romano la encontramos en la disminución del tamaño de la orquestra, que se hace semicircular debido a la menor importancia otorgada al coro durante la representación. Al hacerse la orquestra semicircular, el graderío toma la misma forma. Los romanos le llaman cavea y distinguen en él tres tercios. De esta manera, el teatro se convierte en un edificio y la escena ocupa un papel importante en él, organizándose habitualmente a través de arquerías, frontones y nichos.
En Roma el más importante de los teatros es el Marcelo mientras que en España destaca el de Mérida, realizado en el año 18 a.C. aunque su escena se construya en el año 135 después de Cristo.
Asunto: [AE-ES] Bibliografía : Vidas de los antiguos egipcios
Hola AE´s,
Título: Vidas de los antiguos egipcios
Autor: Wilkinson, Toby
Traductor: Cantenys Félez, Eva María
Formato: 336 págs. Tamaño: 20,5 x 26 Encuadernación: tela con sobrecubierta
Edición: 2007
Precio: 43,00 Euros
(Texto extraído de la contraportada del libro)
El antiguo Egipto no cesa de impresionar y cautivar, pero ¿qué hay de los hombres y las mujeres que fueron testigos de primera mano de la cultura de los faraones, que contribuyeron a su creación y mantenimiento? ¿Cómo se vivía en realidad en el Valle del Nilo hace veinte, treinta o cuarenta siglos? Vidas de los antiguos egipcios revela el verdadero carácter y diversidad de la civilización más grande del mundo antiguo.
Desde los albores de la historia hasta la muerte de Cleopatra, el antiguo Egipto ha acogido a impresionantes personalidades. Entre los más destacados se encuentran famosos faraones como Quéope, el constructor de la Gran Pirámide, Senusret III, el conquistador de Nubia, y Ajnatón, el rey hereje; y sus hermosas e influyentes reinas, como Hatshepsut, Nefertiti y la trágica esposa-niña de Tutankhamón, Anjesenamón. También los ricos cortesanos que dirigieron la administración de Egipto tienen sus propias historias que contar, desde el yerno real y visir Ptahshepses hasta la mano derecha del rey, Amenhotep, hijo de Hapu; desde Imhotep, arquitecto de la primera pirámide, hasta Montuemhé, príncipe de Tebas. Son igualmente ilustrativas las vidas de los plebeyos, a quienes raramente se les da una voz propia en las obras sobre el antiguo Egipto: hombres y mujeres comunes entre los que se cuentan un médico, un dentista, un delineante, un escultor, un soldado, un marinero, un agricultor, un ama de casa, un músico, un historiador, una sacerdotisa, y un criminal en serie.
Un texto lleno de vida y unas ilustraciones atractivas acercarán al lector a los antiguo egipcios en toda su diversidad. Sus cien biografías componen un relato testimonial sin precedentes del antiguo Egipto, su fascinante historia y sus espectaculares logros. Historias personales de ambición y de astucia, de triunfo y de tragedia, de desesperación y de amor, recrean el mundo de los faraones con un enfoque innovador.
TOBY WILKINSON es doctor en egiptología por la universidad de Cambridge, donde es profesor adjunto del Clare College. Además imparte conferencias sobre el Antiguo Egipto y cuenta con una amplia experiencia en la excavación de yacimientos arqueológicos en el Valle del Nilo y en los desiertos egipcios. Es autor de otros libros sobre el tema.
La captación del rostro humano por medio de una interpretación artística se remonta a las primeras grandes civilizaciones de la tierra. Después de un momento inicial, la Prehistoria, en el que no hay apenas retratos, es a partir de culturas como Egipto (por ejemplo, en los tardíos retratos de El-Fayum) o las de Mesopotamia (Sumer, Acad, Babilonia, Persia) cuando surge la necesidad de captar la imagen de los personajes más destacados de esos territorios.
En un principio, el arte se muestra al servicio de las clases dirigentes (reyes, faraones, alto clero) que empiezan a comprender el enorme poder que tiene la imagen como vehículo transmisor de mensajes de poder o riqueza. A todos los efectos, la imagen de un dirigente le representa enteramente, es él mismo, por lo que se imponen lenguajes con tendencia a la simplificación, a la abstracción de perfiles y volúmenes.
Pero al mismo tiempo surge la otra gran opción estilística que va a perdurar en los siglos posteriores: el naturalismo, la recreación más o menos fidedigna de los rasgos del ser humano, de lo que le diferencia del resto. A este respecto, el periodo "amarniano" del Imperio Nuevo egipcio - hacia el s. XIV a.C. - supone una verdadera revolución, una lección para el arte de otras culturas, como la griega o la romana. Allí aparecen hombres y mujeres alejados de cualquier idealización: ancianos, feos, decrépitos... y, sin embargo, se están plantando las bases del arte como testimonio fundamental de la historia de la Humanidad.
Egipto ejerció una influencia decisiva en las culturas del Egeo, en el Mediterráneo Oriental, especialmente en la griega. Así, por ejemplo, en los frescos del palacio cretense de Cnosos vemos desfilar a mujeres coquetas y hombres musculosos, cuya imagen está destinada a reflejar el sofisticado nivel de vida alcanzado. En las fases posteriores del arte griego, el retrato se convirtió en el testimonio perfecto de que se había alcanzado un nuevo grado de civilización. Los valores de libertad y democracia tuvieron que concretarse en una imagen renovada del ser humano, en unos retratos a medio camino entre la idealización y el naturalismo, como en el retrato de Pericles (s. V a.C.) en el periodo clásico o, ya en el helenístico, el de algunos filósofos.
Pero aún faltaba un paso más para entrar en la concepción plenamente occidental del retrato. Ese protagonismo le correspondería a Roma, primero en su período republicano, más tarde en el imperial. Existían numerosas razones para ello: la copia de esculturas griegas, un sentimiento exacerbado del individualismo, el orgullo de saberse los dueños de casi todo el mundo conocido, etc. Frente a las concepciones previas del retrato, en Roma se impone el valor exclusivo de documento de época: veremos aparecer senadores, cónsules, emperadores, pero también la narración de las batallas y de los triunfos cosechados en todos los lugares.
Esa preeminencia del naturalismo en el retrato romano vendría a ser reprimida por la llegada de una nueva religión, el cristianismo, que valoró la belleza espiritual sobre la física. Éste es el rasgo decisivo en la evolución del retrato en el milenio siguiente, y a través de periodos como el prerrománico, el románico o el gótico los retratos descriptivos son minoría, arrinconados ante la temática religiosa, que consideraba la imagen en términos de educación moral y no de narración.
A finales de la Edad Media, una serie de acontecimientos permite iniciar una nueva etapa para la Humanidad: de manera progresiva el hombre sustituye a Dios como centro del universo. Cada uno ocupa su propia parcela y la del hombre es el conocimiento del medio natural, del mundo físico. Como siempre había sucedido, otra vez será el retrato el género artístico encargado de mostrar con toda nitidez el alcance de esas transformaciones. Pronto surgen dos núcleos geográficos donde irradian las nuevas imágenes: los Países Bajos e Italia.
Zoser, el segundo faraón de la III Dinastía, reinó entre los años 2635 y 2615 antes de Cristo. Construyó en Sakkara su recinto funerario en el que destaca la pirámide escalonada, la primera que se levantó en Egipto.
El recinto está formado por un rectángulo de casi 545 metros de largo por 278 de ancho, cerrado por una muralla reforzada por contrafuertes a intervalos regulares. Se accede por una pequeña puerta de apenas un metro de ancho, flanqueada por dos torres, que da paso a un pórtico de acceso, especie de sala techada y columnada de 54 metros de largo.
En el interior del recinto distinguimos las siguientes partes:
La pirámide escalonada, un macizo de seis escalones de alturas desiguales que alcanzaba los 60 metros. Al norte se ubicaba el templo funerario, adosado al primer escalón de la pirámide. A sus pies se encontraba el patio del serdab, el patio para la casa o cámara de piedra de la estatua del rey.
En el lado norte hallamos otro patio, al pie de la pirámide y casi en la prolongación del eje de la misma, un altar con rampa de acceso.
El patio del Hebsed y los edificios colindantes estaban destinados a que, después de su muerte, Zoser pudiera seguir repitiendo periódicamente su ceremonia de coronación. Desde una esquina de este patio se accede a otro más pequeño, donde se levantaba un edificio que podría ser la residencia del faraón durante el Hebsed.
En el lado este del recinto se sitúan el Patio del Santuario del Bajo Egipto, con su templo correspondiente y el Patio del Santuario del Alto Egipto, con una réplica del templo anterior.
Junto a la muralla sur se ubicaría la mastaba meridional, con planta rectangular alargada y estrecha.
El arquitecto que realizó esta obra maestra fue Imhotep, convertido dos mil años después de muerto en dios de la medicina.